COMPONENTES BÁSICOS
Carbohidratos o glúcidos
Los carbohidratos constituyen la principal fuente de energía del organismo; por tanto son los nutrientes que más necesita consumir, están compuestos por oxígeno, hidrógeno y carbono. Cuando los carbohidratos se metabolizan en el organismo, sus estructuras se dividen en unidades menores de la sustancia llamada glucosa, que es soluble en agua y por eso puede pasar a la sangre y ser llevada a las células. Los principales ejemplos de glúcidos son los azúcares y los almidones. Los azúcares, como la glucosa (C6H12O6), están constituidos por moléculas simples, mientras que los almidones poseen estructuras complejas, integradas por muchas moléculas de azúcares unidas en cadenas.
Lípidos (grasas o aceites)
La mayoría de los lípidos se constituyen por oxígeno, hidrógeno y carbono. Los lípidos poseen una característica notable: no se disuelven en agua. Las grasas y los aceites son dos tipos de lípidos que pueden encontrarse en sustancias como el cacahuate y el cártamo, y en animales como el cerdo y la ballena. Las grasas son también alimentos energéticos que, metabolizados, se transforman en el organismo en sustancias llamadas ácidos grasos y glicerina. Un gramo de grasa que se quema en la célula proporciona más energía que un gramo de carbohidratos.
Proteínas
Las proteínas están presentes en todos los tejidos vivos ya sean de plantas o animales. Los tejidos de semillas, carne sin grasa, órganos vitales, piel y cabello contienen mayor proporción de tejido proteínico que los tejidos grasos.
Las proteínas constituyen una clase importante de alimentos para los animales, pues estos no pueden sintetizarlos a partir de compuestos nitrogenados inorgánicos sencillos y las grasas y los carbohidratos no llenan las mismas funciones.
Además de estos componentes básicos, los alimentos básicos contienen en menor proporción (aunque muy activas), otras sustancias como las siguientes:
Sales minerales
Las sales minerales proporcionan componentes importantes. Los minerales se encuentran en los alimentos y representan el 5% de la masa corporal. Se clasifican en macroelementos o macronutrientes cuando el organismo los requiere en niveles superiores a 100g diarios, y oligoelementos o micronutrientes, si son necesarios pocos miligramos de ellos.
Vitaminas
Se encuentran en los alimentos en cantidades muy pequeñas, pero son indispensables para regular algunas funciones del organismo humano. A diferencia de las grasas, carbohidratos y proteínas, las vitaminas no aportan energía alguna, pero su presencia es indispensable dentro del organismo para el metabolismo energético. Si faltan algunas vitaminas, se crean ciertas deficiencias.
Las vitaminas se pueden clasificar en hidrosolubles y las solubles en grasas. Las hidrosolubles (Vitaminas B y C) son las que se encuentran dentro de los líquidos de algunas frutas y verduras, leche y productos cárnicos. Este tipo de vitamina no se acumula dentro del organismo, por lo que se recomienda su consumo diario.
Las vitaminas solubles en grasas (A, D, E y K) pueden ser almacenadas fácilmente dentro del organismo, por lo que no es necesario su consumo diario, pero deben consumirse en cantidades suficientes en determinados periodos. Las vitaminas solubles en grasas se encuentran en el hígado, mantequilla, crema, frutas y
verduras (ya sean verdes y/o amarillas), yemas de huevo, leche nueces y en los aceites vegetales.
Agua
El agua es un compuesto indispensable para la vida y el más abundante en todos los alimentos, se absorbe a nivel intestinal para luego ser transportada por la sangre a todos los demás órganos. En los organismos, el agua se encuentra en forma intracelular, como parte del protoplasma, y extracelular, como componente del líquido interticial, la linfa y el plasma sanguíneo.
El agua participa en el transporte de nutrientes y productos residuales, regula la temperatura corporal y disuelve sustancias y componentes estructurales de las células.
Los nutrientes orgánicos son los carbohidratos o glúcidos, las grasas, proteínas y vitaminas; los inorgánicos son el agua y las sales minerales.
Estos alimentos se transforman o metabolizan en el organismo por la acción de enzimas específicas para cada uno de ellos. Sólo así se llegan al torrente sanguíneo y de allí a las células, para que el cuerpo los aproveche. Las enzimas actúan como catalizadores de esas transformaciones, es decir, aceleran el metabolismo del alimento en el organismo.
Un alimento suele ser más rico en alguno de los componentes. Por esta razón, nuestra alimentación debe ser variada, para que podamos ingerir diariamente la cantidad mínima necesaria de cada uno de los componentes mencionados.